Thursday, October 11, 2018

La democracia en Guatemala sigue siendo un régimen híbrido

Cada año la Unidad de Inteligencia de la Revista The Economist (EIU por sus siglas en inglés) publica el informe del Índice de la Democracia, que en su evaluación 2016 analiza a 165 estados independientes y dos territorios, mediante cinco categorías: evaluación del proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del Gobierno, participación política, cultura política y libertades civiles.    El cuestionario que utiliza EIU para establecer la evaluación de uno a diez en cada categoría es lo que sirve de base para evaluar por medio de expertos en cada país y encuestas de otras fuentes, en qué régimen se encuentra el país: democracia plena, democracia defectuosa, régimen híbrido y un régimen autoritario.
A nivel mundial llama la atención que los países mejor evaluados en el Índice de la Democracia 2016 son: Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda y Dinamarca.  En el caso de Latinoamérica únicamente Uruguay está en la categoría de ser una democracia plena, seguido de Costa Rica, Chile, Panamá, Argentina, Brasil, República Dominicana, Colombia, Perú, El Salvador, México y Paraguay considerados países con democracias defectuosas.
Honduras, Guatemala, Ecuador, Nicaragua y Venezuela se encuentran en el régimen que lo catalogan como un sistema híbrido, caracterizados porque los gobiernos no tienen presencia en muchas partes, existe mucha corrupción, poca independencia judicial, países en donde ser un reportero independiente o parte de la sociedad civil conlleva riesgos, debido a presión de grupos de poder que controlan cómo operan los organismos del Estado.
Guatemala, según el informe, tiene la siguiente evaluación en cada pilar sobre un total de diez puntos: la evaluación del proceso electoral y pluralismo está en 7.92, funcionamiento del Gobierno en 6.07, participación política en 3.89, cultura política en 4.38 y libertades civiles en 7.35 para una evaluación total de 5.92 sobre diez, que coloca a Guatemala en la posición 79 sobre 167 países evaluados.
Independientemente de que estemos de acuerdo o no con la categorización que hace EIU sobre Guatemala, la apatía y la abstención a participar en política, así como los daños de que los partidos políticos no tengan una ideología definida, hace que las políticas públicas no tengan una base sólida de argumentos técnicos, que permitan identificar la razón por las que se impulsan.  Debería ser del interés de todos que una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, ayude a mejorar la participación y la cultura política, como aspectos fundamentales que permitan mayor prosperidad para todos.

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