Wednesday, October 31, 2018

Naturaleza andina

Aquí os pongo la primera parte de un grande artículo que fue elaborado en un debate sobre el papel de la ciencia en el desarrollo actual de la sociedad en el ámbito andino, como lo a explicado el autor. Pienso que esa parte es bastante interesante porque se compara cultura y naturaleza, el papel que tienen los andinos en su cultura a través de la manera con la cual manejan la naturaleza.

Cultura y naturaleza andinas
Jürgen Golte

El concepto de cultura se opone al de naturaleza, y es la relación con el hombre la que los hace diferenciables. Si bien se oponen, ambos conceptos son inseparables, en tanto la cultura resulta ser el conjunto de soluciones que el hombre ha encontrado en su enfrentamiento con la naturaleza y la dominación progresiva sobre ella.
Al hablar del desarrollo de la cultura andina en este siglo, hay que partir de esta imbricación entre naturaleza y cultura. Para empezar, vamos a ver las principales formas de acción del hombre sobre la naturaleza, y sus implicaciones sociales y cognitivas, surgidas mayormente en los últimos cuatro o cinco milenios de presencia humana en los ambientes andinos.
Las sociedades andinas han avanzado en el campo de la domesticación de plantas probablemente más que cualquier otra sociedad, en lo que se refiere a la gran variedad de especies cultivadas3. Esto no es consecuencia solamente de la amplitud del potencial genético natural, dada la gran variación biogeográfica en los Andes, sino también de la productividad relativamente baja de la agricultura andina y la solución particular que los hombres andinos han encontrado para superarla.
La domesticación de animales, lejos de ser tan variada como la de vegetales, es sin embargo de importancia primordial, en tanto creó una base estable de insumos textiles.
La gran variedad de cultivos y la posibilidad de aprovechar los ambientes extremos de clima de alta montaña para la cría de auquénidos, ha permitido que casi todos los ambientes naturales de los Andes hayan podido ser utilizados para la reproducción humana. Para este aprovechamiento, sin embargo, los hombres andinos no se han contentado con la inserción en las condiciones ecológicas existentes por medio de la domesticación de especies vegetales y animales, sino que también han cambiado las condiciones hídricas mediante la elaboración de complejos sistemas de irrigación y modificado las condiciones edáficas de la naturaleza a través de la construcción de andenes. El conocimiento de formas variadas de rotación de cultivos y de aprovechamiento pastoril les ha permitido, además, una ocupación continuada de zonas ecológicas en las cuales no resulta posible -por el agotamiento de suelos- el aprovechamiento por medio de un cultivo o solamente el pastoreo.
Este avance de los hombres andinos sobre la naturaleza reviste una particularidad que lo diferencia de otros desarrollos civilizadores en el mundo. En la mayoría de ellos surge, después de una fase de aprovechamiento amplio, “recolector”, que se vale de una extensa gama de frutos o animales disponibles en el ambiente, una especialización que utiliza uno o algunos pocos de los ambientes naturales, y los aprovecha con pocas especies domesticadas. El desarrollo posterior en aquellos casos continúa primero con el perfeccionamiento de las formas de cuidado de las pocas especies aprovechadas y, recién a partir de una productividad relativamente alta, con una ampliación de la gama de ambientes y especies aprovechadas y transformadas en la profundización de su utilización. En los Andes, sin embargo, el proceso parece haber sido diferente: por un lado se domestica y aprovecha casi todas las especies y ambientes disponibles, y se sigue utilizando una variedad muy rica de especies domesticadas.
Esta “humanización generalizada” del ambiente tiene que ser explicada por lo que llamé en otro lugar “la racionalidad de la organización andina”4. Esta partiría de la baja productividad de las formas de aprovechamiento humano en la naturaleza andina, explicada por condiciones ecológicas desfavorables al desarrollo de una técnica conducente a la especialización ambiental, tal como aconteció en otras sociedades. El problema con la especialización ambiental es doble: por un lado permite solamente el aprovechamiento de una parte de tiempo de trabajo por la naturaleza cíclica, de acuerdo con el ciclo de crecimiento de las plantas, de la utilización de mano de obra; y por otro, sobre todo en regiones con variaciones climáticas que pueden hacer peligrar una cosecha por entero, es posible solamente cuando tienen un nivel de productividad que permite el almacenaje de un plusproducto para cubrir la alimentación en este tipo de eventualidad. Si en el cultivo de una, o pocas, especies no se logra un nivel de productividad que permita superar estas dos limitaciones, o si la productividad alta alcanzada en el cultivo de una especie no es generalizable en el hábitat, el avance en el dominio de la naturaleza tiene que ser diferente. La solución andina ha sido un aprovechamiento de la diversidad de ambientes que permitiera, por la conducción paralela de una serie de ciclos de producción agropecuaria, una utilización plena de la fuerza de trabajo disponible. La superposición de varios ciclos de producción en ambientes diversos, con requerimientos de mano de obra en desfase temporal, permitiría por un lado una productividad social estable de los agricultores andinos, y una mayor seguridad por la diversificación de riesgos. Por otro lado, tendría implicancias sociales específicas, que convertiría desde el principio la cooperación en una precondición de la reproducción del agricultor familiar. La cooperación, por la naturaleza muy diversificada de los procesos de producción, con requerimientos de mano de obra continuamente cambiantes, tendría un carácter diverso a la cooperación estable, p. ej. en una empresa fabril. Así exigiría un contexto social que permita una estabilidad en el reclutamiento de grupos de trabajo cuyo tamaño y alcances cambiarían de día en día con comprensión clara del liderazgo de la cooperación y, al mismo tiempo, sobre la apropiación de los producido. La baja productividad, por otro lado, impediría que se desligaran contingentes grandes de especialistas, p. ej. artesanos, completamente separados de la labor agropecuaria. Con este impedimento, que obligaría a los especialistas artesanos a permanecer también como productores agrícolas temporales, habría a su vez una limitación para un desarrollo de las técnicas productivas por medio de herramientas elaboradas por un grupo social especializado en estas tareas.

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